El muro uruguayo

Luego de la muerte del cabo Wilson Coronel en manos de un delincuente, el Senado realizó un minuto de silencio en señal de respeto. La senadora Constanza Moreira no lo votó pues no se encontraba en el recinto. Alguien publicó que la senadora había votado en contra, acto seguido las redes sociales se llenaron de mensajes que descargaban su furia sobre ella. Minutos más tarde, Constanza explicó vía twitter lo que había sucedido. Pedro Bordaberry, quien se encuentra en las antípodas de su pensamiento, confirmó la versión.

Un par de días después, tras el procesamiento con prisión del dueño de la casa de salud de Río Branco en la que los ancianos se encontraban en condiciones lamentables, se viralizó el siguiente anuncio:

Está de más decir que fue un hit. Las víctimas de los mensajes contra Constanza pasaron a ser victimarios. Y viceversa.

El problema es que estaban equivocados de nuevo. Cualquier ciudadano con un poco de voluntad puede verificar en  la página de la Corte Electoral que es falso.
El candidato a alcalde en 2015 fue Marcos López y no Marcelo López. Por eso los medios no lo mencionaron, porque no era cierto.

Desalmados de un lado, explotadores del otro. Sendas tribunas festejan y se regocijan ante las mentiras ajenas. Ninguno escucha a los que están del otro lado del muro. Está claro que no es un muro físico sino uno mental.

En el medio, sentados con los pies colgando, los que indagamos y cuestionamos la información, los que estamos cada vez más hartos de las mentiras.

Lamentablemente somos cada vez menos.