Pedir un móvil de Uber es algo bastante sencillo: abrÃs la aplicación, marcás el destino, confirmás y listo, en unos pocos minutos llega el coche asignado. Salvo que estés en el Aeropuerto de Carrasco, ahà todo se complica.
Hace un par de meses regresé de
Brasil con mi familia -esposa e hijos de uno y casi cinco años- a eso de las
cuatro de la mañana. HacÃa bastante frÃo, traÃa una valija grande, un cochecito
de bebé y varias mochilas, encima los niños estaban medio dormidos. Me
confirmaron el viaje, el chofer preguntó por mensaje hacia donde iba, le
contesté que a Tres Cruces, volvà a mirar el celular dos minutos más tarde y el
viaje se habÃa cancelado. Ahora figuraba un nuevo conductor que me volvió a
preguntar lo mismo. Respondà igual. Me dijo que llegaba en unos minutos, la
aplicación me volvió a borrar ese viaje y me indicó los datos de un tercer
conductor. Este si llegó. Su nombre caribeño me dió pie para una breve
conversación:
-¿Sos de acá?
- No, soy cubano.
- ¿Hace mucho que vivÃs aquÃ?
- Unos ocho meses.
- ¿Te rinde Uber?
- Y... no.
- ¿Te mata el 25% que les cobra a los
conductores?
- En realidad eso no me importa, lo que
más me complica es que hayan cerrado el registro a nuevos conductores pues
tengo que alquilarle el auto a alguien que sà está registrado y eso me sale
caro, trabajo doce horas por dÃa y me quedan libres doce mil pesos al mes
(bastante lejos de los 30 mil al mes que puede ganar alguien que sà esta
registrado como lo consigna este artÃculo del portal Ecos).
Manejó todo el trayecto de manera
excelente, mientras tanto yo no podÃa dejar de pensar en el sacrificio que
hacÃa este hombre a tantos miles de kilómetros de su casa. Me despedà bastante
indignado y un poco culpable por no tener ni un peso encima para dejarle de
propina. El viaje me costó 415 pesos uruguayos.
Al otro dÃa me fijé en la aplicación para
ver si podÃa reportar lo que me habÃa sucedido pero me encontré con el problema
de que las cancelaciones habÃan desaparecido de mi historial de viajes. Por
tanto decidà escribirle en twitter a la cuenta de Uber Uruguay.
Silencio. Para peor descubrà que este no fue un caso
aislado, desde hace más de cuatro meses se repite la misma historia.
Algunos tuiteros me contaron su experiencia...
Matias Vardacosta llegó desde EEUU a
mediados de abril. Cuatro cancelaciones, exactamente el mismo modus operandi.
Para peor un chofer reenvió su teléfono a un conductor de otra aplicación
-Easy- que lo llamó ofreciendo llevarlo.
Alejandro Berro, viajó a Chile a fines de abril, a la vuelta experimentó lo mismo. Ocho, nueve cancelaciones. Iba a Carrasco.
Gonzalo Yanez trabaja en una agencia de
promotoras, hace unas semanas precisaba un traslado y se arrimó al aeropuerto
pues es un punto de fácil acceso, le llegaron a cancelar ocho.
PodrÃa seguir consignando historias, los mismos testimonios se repiten una y
otra vez hasta el dÃa de hoy (ver imágenes).
Al igual que me sucedió a mÃ, la cuenta de
twitter @Uber_UY ignora todas las quejas de este tipo. Los correos electrónicos de soporte
que antes funcionaban no existen más. La web de Uber menciona la sede de la
calle Hocquart pero no registra teléfono de contacto. En el 122 -informes de
guÃa de Antel- me dijeron que en esa dirección figura Uber Tecnológico
Uruguay S.A. pero que está expresamente excluÃdo de la guÃa. Ni ellos pueden
verlo.
Nadie se hace responsable, los choferes se
saltean la mala calificación y el usuario pierde. Frente a esto, ¿qué
dicen los conductores?. Dialogué con varios, cuentan que
viven una situación cada vez más complicada, los generosos bonos que les
otorgaba Uber al principio de las operaciones no existen más, el combustible es
cada vez más caro, tuvieron que crear una empresa unipersonal, la multinacional se lleva una cuarta
parte de cada viaje, el auto acelera su depreciación, etc. Ni hablar si -cómo el cubano que me trajo- sub
alquilan el auto. Por tanto al llegar al aeropuerto buscan viajes largos e
incluso a veces ni estos le sirven pues casi con seguridad volverán vacÃos.
Tampoco se explican por qué -en el caso del aeropuerto- las tarifas son tan bajas frente a la de los competidores. El mismo viaje que realicé en Uber por $415 cuesta $850 en un taxi común, $1000 en remise y $1250 en un taxi del aeropuerto.
Pasaron ya dos años y medio desde la irrupción de Uber en Uruguay. Por esas fechas la empresa sostenÃa que era un mero intermediario entre choferes y pasajeros.
No lo parece.
Tampoco se explican por qué -en el caso del aeropuerto- las tarifas son tan bajas frente a la de los competidores. El mismo viaje que realicé en Uber por $415 cuesta $850 en un taxi común, $1000 en remise y $1250 en un taxi del aeropuerto.
Pasaron ya dos años y medio desde la irrupción de Uber en Uruguay. Por esas fechas la empresa sostenÃa que era un mero intermediario entre choferes y pasajeros.
No lo parece.